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SOBRE LA NUEVA DEMOCRACIA 361
1914, y, sobre todo, con la Revolución de Octubre de 1917 en Rusia.
Desde entonces, comenzó el segundo tipo de revolución mundial: la
revolución mundial socialista proletaria. Esta revolución tiene como
fuerza principal al proletariado de los países capitalistas, y como
aliados, a las naciones oprimidas de las colonias y semicolonias. Sean
cuales fueren las clases, partidos o individuos de una nación oprimida
que se incorporen a la revolución, tengan o no conciencia de este punto,
lo entiendan o no en el plano subjetivo, basta con que luchen contra
el imperialismo para que su revolución sea parte de la revolución
mundial socialista proletaria, y ellos mismos, aliados de ésta.
Hoy, la revolución china tiene una significación aún mayor. Vi-
vimos una época en que la crisis económica y política del capitalismo
hunde cada día más al mundo en la Segunda Guerra Mundial; en que
la Unión Soviética ha llegado al período de transición del socialismo
al comunismo y está capacitada para dirigir y ayudar al proletariado
y a las naciones oprimidas de todo el mundo en la lucha contra la
guerra imperialista y la reacción capitalista; en que el proletariado de
los países capitalistas se está preparando para derrocar el capitalismo
e implantar el socialismo, y en que el proletariado, el campesinado y
los intelectuales y demás sectores de la pequeña burguesía de China
han llegado a constituir, bajo la dirección del Partido Comunista de
China, una gran fuerza política independiente. En esta época, ¿debe-
mos o no atribuir a la revolución china una significación mundial aún
mayor? Creo que sí. La revolución china es una parte muy importante
de la revolución mundial.
La revolución china en su primera etapa (subdividida en múltiples
fases) es, por su carácter social, una revolución democrático-burguesa
de nuevo tipo, y no es todavía una revolución socialista proletaria;
sin embargo, hace ya mucho tiempo que forma parte de la revolución
mundial socialista proletaria, y, más aún, constituye actualmente una
parte muy importante de ella y es una gran aliada suya. La primera
etapa o primer paso de esta revolución, de ningún modo es ni puede
ser el establecimiento de una sociedad capitalista bajo la dictadura
de la burguesía china, sino el establecimiento de una sociedad de
nueva democracia bajo la dictadura conjunta de todas las clases revo-
lucionarias del país dirigida por el proletariado; con ello culminará
la primera etapa. Entonces, será el momento de llevar la revolución
a su segunda etapa: el establecimiento en China de una sociedad
socialista.