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DISCURSO ANTE LA ASAMBLEA DE LA REGION FRONTERIZA 29
jeto unir al pueblo entero para la resistencia común al Japón, y es
lo que llamamos política de nueva democracia. Esta política conviene
realmente a las actuales condiciones de China; esperamos que su apli-
cación no se limitará a la Región Fronteriza de Shensí-Kansú-Ningsia
y a las bases de apoyo antijaponesas en la retaguardia del enemigo,
sino que se extenderá a todo el país.
Hemos aplicado con éxito dicha política, que se ha ganado la apro-
bación de todo el pueblo. Sin embargo, también existen deficiencias.
Algunos comunistas todavía no saben cooperar democráticamente con
quienes no son del Partido; mantienen una estrecha actitud de “puer-
tas cerradas” o una actitud sectaria; aún no comprenden el principio
de que los comunistas tienen la obligación de cooperar con los parti-
darios de la Resistencia no pertenecientes al Partido, y no tienen dere-
cho a descartarlos. Esto significa que debemos escuchar atentamente las
opiniones de las masas populares y mantenernos en íntima ligazón con
ellas, sin apartarnos jamás. Uno de los artículos del Programa Político
de la Región Fronteriza de Shensí-Kansú-Ningsia establece que los co-
munistas deben cooperar democráticamente con quienes no son del Par-
tido y que no deben actuar de manera arbitraria ni monopolizarlo
todo. Este artículo está dirigido precisamente a los camaradas que
todavía no comprenden la política del Partido. Los comunistas deben
escuchar atentamente las opiniones de las personas no pertenecien-
tes al Partido y darles oportunidad de expresarse. Si lo que dicen
es correcto, debemos aplaudirlo y aprender de sus aspectos positi-
vos; incluso si esas personas no tienen razón, debemos dejarles ter-
minar sus palabras y, luego, darles con paciencia las explicaciones
necesarias. Un comunista nunca debe creerse infalible y comportarse
con altanería, pensando que sobresale en todo mientras los demás no
tienen nada bueno; jamás debe encerrarse entre cuatro paredes, fan-
farronear, ni actuar como tiranuelo. A excepción de los recalcitrantes
reaccionarios, que confabulados con los agresores japoneses y los
colaboracionistas sabotean la Guerra de Resistencia y la unidad
— quienes, naturalmente, no tienen ningún derecho a hablar —,
todos deben gozar de la libertad de expresar sus opiniones, y no im-
porta que éstas sean equivocadas. Los asuntos del Estado son asun-
tos públicos, de la nación, y no asuntos privados, de un solo partido o
grupo político. Por consiguiente, los comunistas tienen la obligación
de cooperar democráticamente con quienes no son del Partido, y no
tienen ningún derecho a descartarlos y monopolizarlo todo. El Partido
Comunista es un partido que trabaja por los intereses de la nación