Page 269 - OBRAS ESCOGIDAS DE ZHOU ENLAI Tomo I
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SOBRE EL FRENTE UNICO                 265
            ta y el Guomindang conformaron una alianza como un solo ejército;
            empero, con la derrota de la Gran Revolución, la alianza se rompió
            convirtiéndose en dos ejércitos, que hasta el presente aún siguen siendo
            dos ejércitos. Uno de ellos es el ejército dirigido por el proletariado
            con el Partido Comunista como su representante, que ha llegado hoy
            a poseer regiones liberadas y fuerzas armadas populares. El otro es el
            dirigido por los grandes terratenientes y la gran burguesía, con el
            Guomindang como su exponente, el cual lleva ya 18 años de dictadura
            unipartidista. Estos dos ejércitos continúan empeñados en la lucha,
            y cada cual pugna por ganarse al campesinado, la pequeña burguesía y
            la burguesía liberal. Se equivocan quienes afirman que los únicos a
            quienes debemos ganarnos son el campesinado y la pequeña burguesía.
            Debemos ganarnos asimismo a la burguesía liberal. Son distintos los
            métodos que emplean los dos ejércitos para ganarse a otros sectores y
            ejercer su dirección. El Guomindang recurre a métodos de opresión,
            no solamente contra los obreros y campesinos sino también contra la
            pequeña burguesía y la burguesía liberal. Los métodos nuestros, en
            cambio, consisten en cooperar con todas las fuerzas susceptibles de ser
            ganadas. Nuestras relaciones con los campesinos no pueden ser mejores,
            y las que mantenemos con la pequeña burguesía también son buenas.
            En cuanto a la burguesía liberal, los métodos que aplicamos para
            dirigirla son algo diferentes: recuerdan aquellos que aplicamos en
            nuestras relaciones con las tropas amigas. A comienzos y a mediados
            del período de la Gran Revolución, utilizamos precisamente tales
            métodos. Pero aquí está de por medio un problema, cual es que la
            burguesía liberal no es tan obediente, sino que cada dos por tres se
            insubordina. En vista de esto, la dirección que ejercemos sobre la bur-
            guesía liberal no puede efectuarse en todos los terrenos sino en los prin-
            cipales. Claro está que bajo determinadas condiciones podemos dirigir
            a dicha clase no sólo en esencia sino también en forma. Tomemos por
            ejemplo las regiones liberadas, donde ya es posible que la burguesía
            liberal acepte nuestra dirección hasta en forma, aunque mantiene
            todavía su independencia.
               ¿Es posible o no que, en ciertas ocasiones, los grandes terratenien-
            tes y los grandes burgueses acepten nuestra dirección? A juzgar por
            la experiencia del pasado, es posible que lo hagan en algunos momentos
            y en torno a algunos problemas. En términos generales, pueden aceptar
            nuestra dirección cuando poseen pocas fuerzas. Por ejemplo, aunque
            Jiang Jieshi ya no quería aceptar nuestra dirección después del 20 de
            marzo de 1926, como carecía de fuerza suficiente para emprender la
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