Page 450 - OBRAS ESCOGIDAS DE ZHOU ENLAI Tomo I
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mejor perspectiva, la reconocerá de veras y estará dispuesto a luchar
por ella con toda su alma. Es por eso que si de momento nos abstenemos
de ponerla por escrito, no estamos negándola sino tratándola aún con
mayor seriedad. Además, se ha hecho constar en la parte económica
del Programa Común la necesidad de garantizar en la práctica el avan-
ce hacia esta perspectiva.
El programa general contiene estipulaciones muy explícitas acerca
de los derechos y deberes de cada individuo del pueblo para con el
Estado. Conviene aclarar una definición, a saber, la de “pueblo”, que
difiere de la de “ciudadanía”. Por “pueblo” nos referimos a la clase
obrera, el campesinado, la pequeña burguesía y la burguesía nacional,
así como a ciertos demócratas patriotas que, habiendo despertado, se
han desprendido de las clases reaccionarias. Pero en cuanto a los que
pertenecen a la burguesía burocrática, cuyos bienes han sido confiscados,
y a la clase terrateniente, cuyas tierras han sido redistribuidas, lo que
debemos hacer, por un lado, el lado defensivo, es reprimir implacable-
mente sus posibles actividades reaccionarias y, por el otro, el construc-
tivo, y en mayor medida aún, es obligarlos a trabajar de modo que se
transformen en gente nueva. Antes de haberse transformado como
es debido, no forman parte del pueblo, aunque siguen siendo ciudada-
nos chinos. Temporalmente están privados de los derechos del pueblo,
pero tienen que cumplir con los deberes de ciudadanos. Esto es lo que
supone la dictadura democrática popular, y beneficia la unidad y la
producción en nuestra República Popular China.
De esas clases reaccionarias, los elementos más conspicuos no se
resignarán de ninguna manera a la pérdida de sus privilegios del pasa-
do y montarán sin duda alguna conspiraciones y sabotajes. El reciente
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asesinato del general Yang Jie ha dado una prueba al respecto. El
ejército y la policía del pueblo reforzarán su trabajo para conjurar sus
conspiraciones y sabotajes. Y por nuestra parte, debemos todos
estrechar nuestras filas y aguzar nuestra vigilancia para asestar golpes a
todas las maquinaciones de los elementos reaccionarios.
Tercero, el sistema del Poder político de nueva democracia. Este
es un sistema de asambleas populares regido por el centralismo demo-
crático. Es completamente diferente del sistema parlamentario de vieja
democracia y pertenece a la categoría del sistema de asambleas cuya
exponente es la Unión Soviética socialista. Pero no es del todo idén-
tico al sistema de la Unión Soviética, pues allí ya han desaparecido las
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clases , mientras que nosotros tenemos una alianza de las diversas
clases revolucionarias. Esta característica nuestra se refleja precisa-