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DESARROLLO DE CHINA Y CRECIMIENTO MUNDIAL


                   nuevos mecanismos e iniciativas, China no busca montar un sistema
                   paralelo ni mucho menos dirigirse contra nadie, sino que fomenta una
                   complementación y perfeccionamiento provechosos de los mecanismos
                   internacionales actualmente vigentes, con el objetivo de lograr una
                   cooperación y ganancia común y un desarrollo conjunto. Con la apertura
                   al exterior de China no pretendemos cantar a una sola voz, sino acoger
                   con beneplácito la participación conjunta de las diversas partes, ni
                   pretendemos instalar nuestra esfera de influencia, sino respaldar el
                   desarrollo común de los diversos países, ni pretendemos montar nuestro
                   propio jardín trasero, sino conformar un gran jardín multifloral al
                   servicio de todos.
                        Nuestra determinación de poner en práctica estas medidas de
                   reforma y desarrollo es bien contundente, y ya han mostrado efectos
                   iniciales. En la primera mitad del año corriente, China ha experimentado
                   un  crecimiento económico  del  6,7  %,  un  aceleramiento  de  la
                   actualización industrial y el reajuste estructural, una contribución al PIB

                   del 73,4 % por parte de los gastos del consumo final, una participación
                   del 54,1 % en el PIB por parte del valor agregado del sector terciario,
                   un crecimiento estable del ingreso poblacional y un incremento de 7,17
                   millones de nuevos puestos de trabajo en las zonas urbanas. Cabe creer
                   que serán cada vez más promisorias las perspectivas de desarrollo de
                   China y mayores sus aportaciones al mundo.


                   Señoras y señores, amigos:
                        La economía mundial está ahora recuperándose tortuosamente
                   en medio de reajustes profundos, situada en una fase clave de cambio
                   de viejas a nuevas fuerzas motrices impulsoras de crecimiento. Las que
                   proporcionó la anterior ronda de revolución científico-tecnológico-
                   industrial afrontan su desvanecimiento, y unas nuevas se hallan aún en
                   gestación. El repunte del proteccionismo, el estancamiento del comercio
                   e inversión internacional, el abocamiento del desarrollo del régimen del
                   comercio multilateral a un cuello de botella y el creciente surgimiento de
                   arreglos comerciales regionales han desembocado en una fragmentación
                   de las reglas. No deberíamos desdeñar la repercusión que tengan sobre
                   la economía mundial la maraña de los factores geopolíticos y de los
                   temas candentes regionales y desafíos globales, tales como los conflictos



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