Page 6 - Construyamos una comunidad de destino de la humanidad
P. 6
CONSTRUYAMOS UNA COMUNIDAD DE DESTINO DE LA HUMANIDAD
Señoras y señores, amigos:
Hay un principio fundamental muy simple: el trabajo sólido tiene
prioridad. La clave de la construcción de una comunidad de destino de
la humanidad está en la acción. A mi juicio, la comunidad internacional
debería centrar sus esfuerzos en ámbitos como las relaciones de
asociación, la disposición de la seguridad, el desarrollo de la economía,
los intercambios entre civilizaciones y la construcción ecológica.
— Perseveremos en el diálogo y las consultas como med ios para
construir un mundo con una paz duradera. Cuando entre los países hay
paz, hay seguridad en el mundo; cuando hay confrontaciones entre ellos,
el mundo se sume en el caos. Desde la guerra del Peloponeso, librada
antes de nuestra era, hasta la Guerra Fría, que duró más de 40 años,
pasando por la Primera y la Segun da Guerra Mundial, la humanidad ha
recibido lecciones tan profundas como desoladoras. “El desolvido del
3
pasado sirve de guía para el futuro” . Gracias a la fundación de la ONU
por parte de nuestros antecesores, el mundo ha vivido más de 70 años en
una paz relativa. Hemos de perfeccionar los mecanismos e instrumentos
de los que disponemos para resolver mejor las disput as y controversias, y
poner punto final al caos de la guerra y a los conflictos.
Hermann Hesse, escritor suizo ganador del Premio Nobel de
Literatura, dijo: “No hay que servir a la guerra y la destrucción, sino
a la paz y la reconciliación”. Entre los países han de construirse unas
relaciones de asociación basadas en el diálogo, no el antagonismo, y en
la asociación, no el alineamiento. Los grandes países deben respetarse
mutuamente en lo concerniente a sus intereses claves y principales
preocupaciones, gestionar y mantener bajo control las incompatibilidades
y discrepancias entre ellos, y esforzarse por construir un nuevo tipo de
relaciones fundadas en la ausencia de conflictos y confrontaciones, así
como en el respeto recíproco, la cooperación y la ganancia común. La
“trampa de Tucídides” puede evitarse, siempre y cuando se persista en la
comunicación y en el trato sincero. Los grandes países han de tratar a los
pequeños en pie de igualdad, no con la prepotencia y la coerción propias
de un tirano. Ningún país puede emprender guerras a su albur, derrocar
el imperio internacional de la ley ni abrir la caja de Pandora. Las armas
nucleares, suspendidas cual espadas de Damocles sobre la humanidad,
deben ser totalmente prohibidas y eliminadas de una vez por todas, para
464