Page 3 - Construyamos una comunidad de destino de la humanidad
P. 3

NUEVA ASOCIACIÓN DE COOPERACIÓN Y COGANANCIA


                   quedan lejos de alcanzar y requieren nuestro esfuerzo. En el mundo
                   actual los países están interdependientes y comparten una misma suerte.
                   Hemos de dar continuidad y desarrollo a los propósitos y principios de
                   la Carta de las Naciones Unidas, constituir un nuevo tipo de relaciones
                   internacionales centradas en la cooperación y la coganancia y crear una
                   comunidad de destino de la humanidad. Ello nos requiere los siguientes
                   esfuerzos:
                        — Establezcamos unas relaciones asociativas de trato igualitario, consulta
                   mutua y coentendimiento. El principio de igualdad soberana permea la
                   Carta de las Naciones Unidas. El porvenir y destino del mundo debe
                   determinarse por todos los países. Todos ellos son iguales, no pueden
                   los grandes, fuertes o ricos maltratar a los pequeños, débiles o pobres.
                   El principio de igualdad soberana ha de encarnarse no solo en la no
                   violación de la soberanía y la integridad territorial de los países y la no
                   intervención en sus asuntos internos, sino también en la necesidad de
                   defender el derecho de todos ellos a elegir por cuenta propia sus sistemas
                   sociales y sus vías de desarrollo, así como en que se les respete su práctica
                   en cuanto al impulso de su desarrollo socioeconómico y a la mejora de la
                   vida de su pueblo.
                        Debemos persistir en el multilateralismo y rechazar el unilateralismo;
                   apliquemos la nueva concepción de coganancia de dos, de muchos y de
                   todos, y abandonemos la vieja mentalidad por la que la victoria de uno
                   significaba la pérdida del otro y el vencedor se quedaba con todo. La
                   consulta, una forma imperante de la democracia, ha de constituirse en
                   método importante para la gobernanza internacional contemporánea.
                   Hemos de promover que las disputas se resuelvan con diálogo, que las
                   divergencias se neutralicen a través de consultas. Tenemos que establecer
                   relaciones de asociación global en los planos internacional y regional, y
                   abrir un nuevo rumbo en las relaciones interestatales: uno de diálogo, no
                   de confrontación; de asociación, no de alianzas. Los grandes países tienen
                   que seguir en sus relaciones principios de evitación del conflicto y la
                   confrontación, de respeto mutuo y de cooperación y coganancia. Y tratar
                   a los pequeños en pie de igualdad, poniendo en práctica una concepción
                   correcta de la justicia y los intereses que simultanee ambas cosas, pero
                   con preferencia para la justicia.
                        — Erijamos una confi guración de seguridad justa e imparcial conjuntamente



                                                 281
   1   2   3   4   5   6   7