Page 106 - OBRAS ESCOGIDAS DE MAO TSE-TUNGTomo IV.indd
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                tramo Kaifeng-Süchou del ferrocarril Lungjai . Por otro lado, cuan-
                do no poseemos fuerzas suficientes, debemos tomar una por una las
                ciudades en poder del enemigo y no atacar a éste simultáneamente en
                varias  de ellas. Así fue  cómo nuestras  tropas  en la  provincia de
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                Shansí tomaron las ciudades a lo largo del ferrocarril Tatung-Puchou .
                   8.  Nuestras tropas de campaña, al concentrarse para aniquilar al
                enemigo, deben coordinar sus acciones con las intensas actividades de
                las agrupaciones de tropas locales, de los destacamentos guerrilleros
                locales y de la milicia popular. Las agrupaciones (o unidades) de
                tropas locales, al atacar a un regimiento, batallón o compañía del
                enemigo, deben también adoptar el principio de concentrar sus fuer-
                zas para aniquilar las unidades enemigas una por una.
                   9.  El principio de concentrar nuestras fuerzas para aniquilar las
                unidades enemigas una por una tiene por objetivo principal destruir
                a la fuerza viva del enemigo, en vez de mantener o tomar territorios.
                En algunas circunstancias, es permisible abandonar ciertos territorios
                con el propósito de concentrar fuerzas para aniquilar al enemigo o
                de posibilitar a nuestras fuerzas principales que eludan sus duros gol-
                pes y así descansen, se adiestren y se consoliden con miras a nuevos
                combates. Siempre que logremos destruir en gran cantidad a la
                fuerza viva del enemigo, será posible recuperar los territorios perdidos
                y conquistar nuevos. Por eso, hay que citar en la orden del día a
                todos los que logren destruir a la fuerza viva del enemigo. Esto se
                aplica no sólo a los que destruyan fuerzas regulares del enemigo, sino
                también a los que destruyan sus fuerzas de preservación de la seguri-
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                dad, sus contingentes de retorno al hogar  y otras bandas armadas
                locales reaccionarias. Sin embargo, debemos mantener o tomar todos
                los territorios, siempre que la correlación de fuerzas entre el enemigo
                y nosotros lo permita, o dichos territorios tengan importancia para
                nuestras campañas u operaciones tácticas; sería un error actuar de
                otra manera. Por lo tanto, hay que citar en la orden del día también
                a los que logren mantener o tomar tales territorios.




                                           NOTAS
                   1  Las expresiones “aniquilar al enemigo”, “liquidar al enemigo” y “destruir al
                 enemigo”, que se usan en el presente tomo, significan causar bajas al adversario
                entre muertos, heridos y prisioneros.
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