Page 3 - Construyamos una comunidad de destino de la humanidad
P. 3
CONSTRUYAMOS UNA COMUNIDAD DE DESTINO DE LA HUMANIDAD
tales como la carrera armamentista, el terrorismo o los ciberataques, se
entrelazan con las no convencionales, razón por la cual la defensa de la
paz mundial y la promoción del desarrollo conjunto siguen constituyendo
una ardua tarea y un largo camino.
Esperamos que el mundo se haga más hermoso, y nos asiste la
razón de creer que lo será. Al mismo tiempo, somos claramente conscientes
de que, aun con un brillante porvenir, el camino es serpenteante.
Chernyshevsky escribió: “La historia no va por una pista tal como la
acera de la calle Nevsky, sino que circula totalmente en medio del campo,
a veces por polvaredas o lodazales, o por pantanos o selvas”. La historia
de la evolución de la sociedad humana se ha corroborado como una que
siempre se desarrolla adelante según su propia ley, sean cuales sean los
reveses con que se pueda tropezar, sin que fuerza ninguna pueda trabar la
rueda de su avance.
La corriente histórica es impetuosa; vivirán quienes obedezcan a
ella y sucumbirán quienes le opongan resistencia. Si se quieren seguir los
pasos del avance de los tiempos, no puede ser que, entrado el cuerpo
en el siglo XXI, la cabeza aún se quede en el pasado, en la vieja época
de las expansiones coloniales, en las viejas reglas y restricciones de la
mentalidad de la Guerra Fría y el juego de suma cero.
Puestos ante la honda transformación de la situación internacional,
ante la demanda objetiva de mutua ayuda en este barco común de todos,
juntamente deben los diversos países del mundo impulsar la instauración
de relaciones internacionales de nuevo tipo centradas en la cooperación
y el ganar-ganar, y sus pueblos defender la paz mundial y promover el
desarrollo común.
Abogamos por que todos los países y sus pueblos disfruten juntos
de la dignidad. Hemos de perseverar en la igualdad de todos los países,
sean grandes o pequeños, fuertes o débiles, ricos o pobres; respetar
el derecho de los demás pueblos a elegir soberanamente su vía de
desarrollo; oponernos a la intervención en los asuntos internos de los
demás, y defender la equidad y justicia internacional. “Hasta que uno
mismo no se haya puesto el zapato, no va a saber si le ajusta bien o mal”.
Sobre el rumbo de desarrollo de un país, no tiene derecho supremo de
opinar sino su pueblo.
Abogamos por que todos los países y sus pueblos disfruten juntos
8