Page 446 - OBRAS ESCOGIDAS DE MAO TSE-TUNGTomo II.indd
P. 446
444 MAO TSE-TUNG
reaccionaria y mantener una batalla decidida contra él en los terrenos
ideológico, político y militar. Esta es la doble política revolucionaria
que oponemos a la doble política de los recalcitrantes; ésta es nuestra
política de la unidad por medio de la lucha. Si, en el frente ideológico,
podemos formular una teoría revolucionaria justa y asestar duros
golpes a su teoría contrarrevolucionaria; si, en el terreno político,
adoptamos medidas tácticas que respondan a las exigencias del mo-
mento y propinamos golpes demoledores a su política anticomunista
y enemiga del progreso; si, en lo militar, adoptamos medidas ade-
cuadas y respondemos enérgicamente a sus ataques, entonces podremos
limitar el alcance de su política reaccionaria y obligarlos a reconocer
a las fuerzas progresistas; estaremos así en condiciones de desarrollar
las fuerzas progresistas, ganarnos a las intermedias y aislar a las
recalcitrantes. Además, podremos hacer que aquellos recalcitrantes
que aún quieren resistir al Japón permanezcan por más tiempo en el
frente único antijaponés, y evitar de este modo una guerra civil en
gran escala, similar a la del pasado. Por consiguiente, en el período
del frente único antijaponés, el propósito de nuestra lucha contra los
recalcitrantes consiste no sólo en rechazar sus ataques, de manera que
las fuerzas progresistas eviten pérdidas y continúen creciendo, sino
también en prolongar la resistencia al Japón de los recalcitrantes y
mantener nuestra cooperación con ellos, precaviéndonos así contra una
guerra civil de gran envergadura. Sin esta lucha, las fuerzas progre-
sistas serían exterminadas por las recalcitrantes, el frente único no
podría subsistir, no habría nada que impidiera a los recalcitrantes
capitular y estallaría la guerra civil. Por eso, la lucha contra éstos es
un medio indispensable para unir a todas las fuerzas antijaponesas,
conseguir un cambio favorable en la situación y evitar una guerra civil
en vasta escala. Esta es una verdad confirmada por toda nuestra
experiencia.
Pero, en nuestra lucha contra los recalcitrantes durante el período
del frente único antijaponés, es necesario prestar atención a los si-
guientes principios: primero, el principio de la autodefensa. No
atacaremos a menos que seamos atacados; si somos atacados, contra-
atacaremos. Es decir, nunca debemos atacar a otros sin motivo, pero
una vez recibido el golpe, no debemos dejar de devolverlo. En lo
anterior reside el carácter defensivo de nuestra lucha. Tenemos que
desbaratar los ataques armados de los recalcitrantes, resuelta, defini-
tiva, cabal y totalmente. Segundo, el principio de la victoria. No
combatiremos a menos que estemos seguros de la victoria; nunca