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CONSTRUYAMOS UNA COMUNIDAD DE DESTINO DE LA HUMANIDAD

que la emancipación de la mente y la reforma y la apertura se estimulen
mutuamente, y la innovación ideológica y la exploración práctica se
impulsen una a otra, lo que pone plenamente de manifiesto la fuerza
formidable del liderazgo ideológico. El pueblo chino lleva valerosamente
a cabo una revolución interna y su propia renovación, perfeccionando
sin cesar el sistema del socialismo con peculiaridades chinas y eliminando
sin pausa los defectos de los regímenes y mecanismos que obstaculizan

el desarrollo, lo que pone plenamente de manifiesto la fuerza formidable
de las garantías institucionales. El pueblo chino tiene el coraje de
experimentar antes que otros y despliega como nunca su entusiasmo,

iniciativa y creatividad, lo que pone plenamente de manifiesto la fuerza
formidable del pueblo chino, cuyos más de 1.300 millones de integrantes
impulsan, como dueños del país y verdaderos héroes, el avance de la
historia.
— A lo largo de estos 40 años, el pueblo chino siempre ha sido amplio
de miras y ha abrazado el mundo, y ha hecho activas contribuciones para
su progreso. La reforma y la apertura constituyen un grandioso proceso
por el que China y el mundo se desarrollan y progresan juntos. Nuestro
pueblo persiste en la política estatal básica de apertura al exterior,
lleva a cabo la construcción nacional con las puertas abiertas y está
haciendo realidad exitosamente el gran viraje consistente en pasar del
enclaustramiento o semienclaustramiento a una apertura omnidireccional.
En todo el proceso de apertura, es decir, desde la introducción de
inversiones extranjeras hasta la salida de empresas nacionales al exterior
y desde la incorporación a la OMC hasta la construcción conjunta de la
Franja y la Ruta, China ha asumido las responsabilidades propias de un
gran país y ha hecho importantes contribuciones al afrontamiento de
la crisis financiera de Asia y el resto del mundo. Durante muchos años

consecutivos, China ha contribuido en más de un 30 % al crecimiento
económico mundial, lo que la convierte en su principal estabilizador y
locomotora, y ha impulsado la noble causa de la paz y el desarrollo de la
humanidad.
El pueblo chino puede hoy, con toda razón, sentirse orgulloso de
la segunda revolución china que representa el proceso de reforma y
apertura, un proceso que no solo ha transformado China profundamente,
sino que ha ejercido una gran influencia en el resto del mundo.

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