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CONSTRUYAMOS UNA COMUNIDAD DE DESTINO DE LA HUMANIDAD
la ganancia compartida. China no se identifica con la obsoleta lógica
de que cuando un país se vuelve poderoso, procura inevitablemente la
hegemonía. ¿Son los viejos derroteros del colonialismo y el hegemonismo
transitables en el mundo actual? La respuesta es negativa. Y, además de
ser inviables, no pueden llevar más que a un descalabro. Solo es viable el
camino del desarrollo pacífico, así que China lo seguirá invariablemente.
Más elocuentes que las palabras son los hechos, y China lleva
décadas ateniéndose siempre a una política exterior independiente y
de paz, de cuyo propósito siempre ha subrayado que era salvaguardar
la paz mundial e impulsar el desarrollo conjunto. Y se ha declarado
públicamente muchas veces contraria a todas las manifestaciones de
hegemonismo y política de fuerza, no interferidora de los asuntos
internos de otros países, jamás hegemónica ni expansionista; y así está
estipulado en nuestras políticas, así lo diseñan nuestros sistemas y,
más aún, así lo aplicamos siempre en la práctica. Desde luego, China
salvaguardará firmemente su soberanía, su seguridad y los intereses de su
desarrollo, y ningún país debe esperar que traguemos la fruta amarga de
perjudicarlos.
En definitiva, la ruta china del desarrollo pacífico no es un medio
provisional, ni menos aún una retórica diplomática, sino la conclusión
que hemos extraído tras haber juzgado objetivamente la historia,
la realidad y el futuro, y muestra la integración orgánica de nuestra
confianza en lo ideológico y nuestra conciencia de práctica. Así que ni
se nos ocurre por qué razón íbamos a dejar de guardar adhesión a este
camino, evidenciado por la práctica como lo viable, favorable como es no
solo a China, sino también al mundo.
Señoras y señores, amigos:
La III Sesión Plenaria del XVIII Comité Central del Partido Comunista
de China, celebrada el pasado noviembre, trazó el diseño al más alto nivel
para la reforma y apertura futura del país y formuló la hoja de ruta y
el calendario de la reforma, con el objetivo general de perfeccionar y
desarrollar el sistema socialista con peculiaridades chinas y propulsar la
modernización de los sistemas y de la capacidad para gobernar el país,
sentando así un mejor cimiento institucional para su desarrollo a largo
plazo.
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